Minificciones: Meditación



Al iniciar esta meditación, tenga en cuenta que no la está haciendo para sentirse vivo, relajarse o evitar la descomposición. Usted simplemente debe experimentar todo lo que está pasando en su cadáver. Momento a momento.

Centre toda su atención en la respiración. Tal vez usted pueda encontrar el indicio de una brisa que va más allá de la nariz. Tal vez pueda sentir un leve movimiento en el plexo solar o en el estómago. Puede que sólo sean gusanos, o quizá el burbujeo de las entrañas en descomposición; ¡No se alarme! Es normal. Concéntrese en ese aliento donde quiera que se encuentre. Sienta lo que está sucediendo, sin prejuicios, sin miedo.

Durante esta meditación es posible que su atención se desvíe de la respiración. Tal vez su mente viaje de regreso a cuando estaba vivo. Quizá esté pensando en vengarse por el asesinato. O en jalarle los pies a su suegra en la madrugada. Eso es perfectamente natural. La mente muerta suele vagar. Eso si,  recuerde: Son sólo pensamientos y usted puede dejarlos viajar cuanto desee.

Ahora trate de ampliar su concentración hacia el exterior. Parta de la respiración. Tal vez pueda imaginar que la respiración es un flujo de energía que se extiende desde el plexo solar, lo recorre por completo hasta los pies y va de regreso hasta su cuero cabelludo. Deje que su atención fluya hacia el exterior con cada respiración. Observe lo que está sucediendo en sus pies, en sus piernas, las rodillas, los brazos. No importa si alguno de sus miembros se ha caído. Eso es perfectamente natural. Sólo concentre su atención en lo que sucede.

Tal vez usted sentirá espasmo en sus músculos, tal vez le tiemblen los dedos. Esta bien. Nada de lo que experimenta es inusual.

A estas alturas es posible que sienta una necesidad de estirar los brazos hacia el cielo y golpear la tapa que se encuentra encima suyo. Concentre toda su atención en la sensibilidad de las manos, los nudillos, sus brazos. Concéntrese en la sensación de romper la madera podrida. sienta su respiración fluir a través del cuerpo mientras sus dedos empiezan a hacer a un lado la tierra.

Si su atención se desliza fuera de la respiración; ¡No se alarme! Es perfectamente normal. Usted puede preguntarse que se siente caminar por la tierra de nuevo. Que habrá ocurrido últimamente en el barrio donde vivió . Si el amor de su vida está viendo a alguien más. Esta bien. Sólo no olvide centrar su atención en la respiración y en la excavación.

Tal vez en este momento ya sienta algo de aire fresco. Por ahora, experimente cómo se siente el viento en su cara y en los brazos.  Si es posible, salga de la tumba. Sienta el viento en las piernas, en las rodillas y los pies. Sienta lo que le está pasando paulatinamente a su cadáver.

Ahora desvíe la concentración: Vaya de su cuerpo a su cerebro. Tal vez puede imaginar el viento que pasa por la nariz y la boca y sienta que su cabeza está a la deriva. Trate de sentir su cerebro. Puede que tenga gusanos retorciéndose alrededor ¡No se alarme! Es normal. Además siempre hay nuevos cerebros en la cercanías.

Ahora practiquemos un mantra: Trate de decir en voz alta: Ceeeeeeeereeeeeeeeebrooooooo.

Intente repetir el mantra a medida que arrastra los pies. Es posible que pueda compartir esta meditación con otros vecinos y verá que tendrá más compañía al salir del cementerio a explorar el barrio.

Si siente que solo puede andar arrastrando los pies a través del cementerio ¡No se alarme! Es normal.

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