Cambio de ciclo (o de la felicidad del desempleo)


"No me gusta el trabajo, a nadie le gusta; pero me gusta que, en el trabajo, tenga la ocasión de descubrirme a mí mismo."
Joseph Conrad

hace más de un año, yo hablaba de mi estadía en el SENA, de hecho he de reconocer que he hablado de muchas de mis peripecias dentro de la entidad, pero esa entrada hablaba mas de ciertas expectativas que albergaba, con aquello de la salida de la entidad.

Hace dos días, para agrado mío, me llega la temida "carta".. esa carta que  es temida por muchos, incluso fué temida por mi durante algún tiempo, (por aquello del deseo de estabilidad). Para sorpresa de algunos compañeros de trabajo, mi reacción muy distante de un drama novelezco, fue de una plena satisfacción, incluso de regocijo. 

Al entrar a esta entidad le comentaba a uno de mis mejores amigos, que no pretendía pasar mas de diez años en la entidad, básicamente por aquello de caer en la institucionalización, y en el tedio del autómata, siempre he temido en volverme en una de esas personas cansinas que van a trabajar porque deben hacerlo, porque no hay nada mas que hacer, porque atemoriza la idea de hacer otra cosa distinta a la que siempre se ha hecho...

Sin proponérmelo se cierra ese ciclo de diez años, un ciclo donde sucedieron una innumerable cantidad de eventos personales y profesionales , que me hacen el ser humano que algunos conocen,creo que estos acontecimientos son providenciales, porque a estas alturas me obligan a tomar decisiones que definirán mis derroteros durante los años venideros. Todas estas cosas me empujan a arriesgar lo ahorrado y aprendido; como dirían algunos es la hora de enfrentarse al mundo y medir realmente de lo que se está hecho, ponerme a prueba, y ver en realidad hasta donde soy capaz de crecer por mis propios medios.

lo que sigue de acá en adelante  es lo que llamaríamos los créditos después de terminada la película, porque por muy raro que parezca hubo gente que en realidad apostó por mí a la hora de formar parte de una entidad de semejante calibre, (esas cosas de la fé), esa gente que no sólo depositó su confianza en mí sino también sus conocimientos, que se tomó la molestia de formarme, aquellos que me enseñaron lo que se debe hacer.. a eas personas se les guarda mucha gratitud.

Ahora paso a los no agradecimientos, a esos jediondos que si bien me enseñaron lo que no se debe hacer, pusieron su grano de arena para que me volviera una persona más intolerante, algo gorsera, y muy altanera, a ellos les debo el tedio y la pereza de presentarme en el puesto de trabajo, de renegar de mis pagadores y de hacer a un lado el menosprecio por los ciudadanos de a pie...

Un brindis por los diez años dedicados a ustedes lectores y demás gente, ya lo que viene para este pecho aún es incierto, pero he ahí lo emocionante de vivir...

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