Del no y otros demonios

Antes de negar con la cabeza, asegúrate de que la tienes.
Truman Capote


En muchas ocasiones a lo largo de nuestra existencia, nos vemos en la necesidad de hacer preguntas, para ser más precisos, de realizar peticiones, ya sean tácitas o explícitas, es algo muy común en nuestra interacción con las personas. La cosa es que el ser humano por naturaleza no está (ni lo estará) en condiciones de asumir un no como respuesta.

Es común que nos digan que no, pero no es común tener una reacción positiva frente a ese monosílabo, de hecho se suele actuar de las maneras más exóticas posibles dependiendo de nuestro afán por obtener la respuesta afirmativa.

Puede que sea un monosílabo injusto en el contexto, pero para este ejercicio no viene al caso hablar de justicia (ya que eso no existe). Lo interesante es ver la reacción de las personas al enfrentarse con el monosílabo. Por lo general la gente suele dejarse llevar por la frustración inmediata, seguida de un enojo descomunal contra el ser humano que profirió la negativa, ya que para las personas el no; siempre es culpa del interlocutor, esas dos letras conforman para el colectivo una agresión, en mi concepto no creo que sea para tanto.

El no, debe ser una oportunidad (o por lo menos asi lo veo yo) de cambiar de dirección, de estrategia o de maneras, todo depende del objetivo, es claro que uno debe pensar siempre en el objetivo principal (laboral, académico, sentimental, etc…) pero también es cierto que uno debe trazar derroteros para llegar allá, y en el camino es cuando uno se topa con las negativas, debe acudir a la pericia para sortearlas, no soy partidario del cambio de opinión, cada cual tiene la propia, y al igual que los pedos, cada cual se aguanta los propios, hablo de hacer las cosas de manera asertiva.

El no simplemente no debe tener tanta relevancia como se le suele dar, debe actuar como un referente de cambio, el luchar contra él es como ir contra la corriente, se le puede vencer pero se terminará agotado, y se continuará de manera inapropiada el camino trazado, y quizá el objetivo principal sea viciado.

En lo personal me gusta que me digan que no.. me impone retos, hace que maneje mejor mis decisiones, que dosifique mis esfuerzos, me motiva a urdir tretas, me hacer ser yo.

Bala Perdida
Y a usted querido lector.. le gusta que le digan que no?

Comentarios

Anónimo dijo…
Siempre te lo he dicho... NO también es una respuesta
Zorro: con 7 dijo…
Yo, chino, joven y -ajem- bello, no tengo problemas con aceptar un "no". (ya no, ya aprendí). Todavía estoy trabajando en el "tal vez". Que para mí, es más jodido, porque condiciona a la respuesta del otro, porque no se sabe qué paso dar, o si sería mejor quedarse quieto. El "tal vez" es peligroso para la salud mental. Ese es el que realmente me jode. Algún día, tal vez.
Anónimo dijo…
Personalmente en el presente prefiero el no que el tal vez, a un que anteriormente me dio problemas, creo que fue el factor que me impidió destacarme en el baile.
Hay que superarlo, hoy en día me vale mierda y igual siempre hay varias posiciones de ver la vida y solo hay que ser consientes para entender con y contra quien.

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