Pajazos mentales II

Esta vez me voy a poner un tris serio para abordar un temilla que me venía dando vueltas en la cabezota, y es el cuento ese de cómo unir a esta variopinta nación bajo un término.

La vaina tiene su origen entre las líneas de Orson Scott Card en una alusión que le hacía a Benjamin franklin en uno de sus libros, paso a destrozar el texto (con el derecho que me da el haber invertido mi dinero en la compra del libro y mi tiempo en la lectura del mismo).

“la única cosa que realmente he hecho en toda mi vida es americanos”

Quizá no tenga sentido, pues se dirá que el americano nace y nadie lo hace, y pes la cuestión es que no es exactamente así. Los que nacen son los seres humanos, tanto en Inglaterra como en América. No es el hecho de nacer lo que hace que sean americanos.

Quizá sea el hecho de nacer en América pero hacia mediados de 1700 a un niño nacido en filadelfia nadie lo llamaba americano. Era un niño de Pensilvania. Y los niños nacidos en Nueva Amsterdam eran holandesitos, y los nacidos en Boston eran yanquis, y los nacidos en Charleston eran jacobinos o caballeros o algún nombre semejante.

En la práctica son eso, pero también son algo más. Todos esos nombres, como lo entendió Franklin, nos dividían en virginianos y oranginos, en blancos, negros y pieles rojas, en cuáqueros y papistas, puritanos y presbiterianos, en suecos, holandeses, franceses e ingleses. Benjamin, vio que un virginiano nunca podría confiar en un hombre de netticut, y que un hombre blanco jamás confiaría en un piel roja, porque eran diferentes. Y entonces se dijo, si hay tantos nombres que nos separan, ¿porqué no un nombre que nos una?. Y pensó en los muchos nombres que ya existían, el asunto era encontrar un nombre que todos pudiéramos compartir por igual.

Había algo que todos tenían en común. Vivían en el mismo continente. Norteamérica. Pero era demasiado largo acuñar norteamericanos, así que de ahí salió el americanos. He aquí un nombre que pertenece al pescador que vivía en West Anglia como al barón que ejercía la esclavitud en Dryden. Pertenece tanto al jefe mohawk de Irrakwa como al comerciante de nueva Ámsterdam llegado de Holanda. Franklin sabía que cuando que cuando se comenzara a pensar como americanos, se convertirían en una nación. No un mero resto de algún viejo y exhausto país europeo, sino una nueva nación en una nueva tierra. Y comenzó a utilizar la palabra en todo lo que escribía.

El caso es que en corto tiempo no quedó una sola persona desde nueva Inglaterra a Jacobia que no pensara en sí mismo, al menos en parte como americano.
Es solo un nombre, pero así es como se llaman, y eso incluía a cualquiera en el continente que estuviere puesto a aceptarlo. “el viejo Ben” trabajó mucho para cerciorarse que ese nombre incluyera a toda la gente posible. Sin ejercer ningún cargo público, salvo el de empleado de correos, por sí solo forjó una nación a partir de un nombre. Con el rey gobernando a los caballeros del sur y el lord protector gobernando a nueva Inglaterra al norte, no veía más que guerra y caos, y en medio de todo Pensilvania, así que movilizó al congreso americano a que estableciera políticas de intercambio y leyes uniformes sobre las tierras.

Fue aún así que Franklin se negó a permitir que nadie firmara el pacto hasta que Irrakwa fuese incluido como séptimo estado, con límites precisos y con un gobierno autónomo, pues para él la única forma de tener paz era que todos los americanos se unieran de igual a igual. Por eso la constitución que inspiró no permitía la esclavitud ni la servidumbre, ni permite que ninguna religión domine sobre otra, o no permite que se clausure un periódico o se silencie un discurso. Así todos viven bajo las mismas leyes. Una nación creada a partir de una sola palabra.


Ahora, teniendo en cuenta todo esto yo pregunto:

Colombianos?

Dirán muchos que ando descubriendo el agua tibia, pero no lo creo tanto. Acá tenemos jijuemano de íconos, eslogans, y demás pendejadas y en últimas seguimos en las mismas desde que se murió Bolívar, si no nomás miren el desafío (para los amantes de la caja boba), o uno de rolo vaya a buscar trabajo en Medellín, o un costeño conseguir trabajo en Bogotá, o un negro ingresar a un bar en la 93.

Aunque mirándolo bien si tenemos unos términos que nos calan y nos unen.

Narcotráfico: así se empute mas de un patriotero acá la palabrita nos une así sea para traquetiar o para repudiar el hecho que lo que se meten los extranjeros en las ñatas cuesta vidas humanas acá.

Farc: (ya voy haciendo méritos para que me manden a los abogados de la moto), estas cuatro letrotas le han dado ma vueltas al mundo que los satélites y demás basura espacial que hay encima de nuestras cabezas.

Desplazados: (ya por acá anda ronroniando la motillo) da vueltas no tanto como los anteiores, pero nos mantiene en sintonía del fm mundial.

Masacres, decapitados, secuestrados, desaparecidos: quien mejor que bilioso para hacernos más eruditos en el asunto.

Uribe: me podría extender montones con nuestro Dorian Gray criollo, pero pues con el ochenta y tanto por ciento del que se habla siempre. Puesssssss.

Señor lector: alguna palabra que realmente nos acuñe como uno solo?

Balas perdidas

Definitivamente el manejo que le dieron los medios a el secuestro y asesinato del bebé Luis Santiago, nunca una crónica de ese estilo me había causado tanta repugnancia, soy padre de una nena, y la verdad me asusta mucho a lo que ha llegado la sociedad colombiana, pero también soy consciente que hay muchos, muchísimos infantes en situaciones aún peores, pero con el afán de tener rating olviden a todos los que han sufrido y pongan como acto circense el sufrimiento de una madre y su hijo… hijueputas!

Hernán Casciari andaba escribiendo algo sobre los intangibles con una bonita historia sobre un libro que anda leyendo, para los que somos lectores empedernidos no tiene desperdicio.




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Comentarios

Ivan Andrade dijo…
Difícil encontrar una palabra que nos defina, esta nacionalidad está más fragmentada que un rompecabezas.

Suerte.

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