Un post mamerto

Ya me acordé el porqué simplemente había optado por una vida eremítica.

Recuerdo mucho que una de las decisiones al momento de terminar el colegio, fue el reducir considerablemente el número de personas cercanas a mí, digamos que como respuesta al modelo de exclusión que se gestaba en los planteles, y que hoy hace parte de los enquistamientos más notorios de la educación colombiana.

Casi quince años después, en otro ambiente y en otra connotación social, este asunto de la exclusión no solo ha perdurado sino que se ha optimizado de manera que todos somos al mismo tiempo exclusores y excluidos de los grupos sociales según nuestro entorno laboral, académico o social.

De repente olvide que yo excluí al mundo y al mismo tiempo el mundo me excluyó, obviamente no hablando en términos físicos pues es claro que tengo que interactuar con muchos seres humanos desde que me despierto hasta que cierro los ojos para dormir; es más en el sentido de pertenencia social, en la preocupación por la suerte de aquellas personas que me roban el oxígeno, la verdad frente a eso prefiero no tomar parte de su cotidianidad.

Quizá por eso es tan agradable ser ingeniero, se tiene claro que el producto de la labor, se hará en beneficio social, que será usado por otras personas, pero en últimas a uno le termina valiendo hambre las personas, simplemente son usuarios finales que en casos muy excepcionales interactuarán con uno como ser humano, simplemente nosotros para ellos es una herramienta y para nosotros ellos son un número, así toda esa teoría social simplemente queda relegada a una relación de producto-uso.

El chicharrón del asunto viene a darse cuando uno se le da la original idea de empezar a acercarse a otros seres humanos, ahí la cosa se complica, pues los demás dejan de ser número y se convierten en parte activa del cotidiano, se vuelven una variable más en nuestra ecuación diaria, como tal es una ecuación más la que se debe plantear, y a medida que crecen las variables, crece la complejidad de las situaciones.

la vaina no es renegar del asunto, sino lo vacuo de la situación y lo cómodo que se vuelve para uno tener esa forma de vida, quizá como diría Murakami, es estar en un pozo donde solo tienes algunos instantes de luz en los cuales todo adquiere forma.

Porqué de estas líneas.... no sé, quizá sea porque ya son casi 7 años en ese corre corre, quizá porque el tercer piso pesa y ya tengo muchas ganas de llegar a los 40 (dicen que es la mejor década), o ha de ser porque el ser humano es un ente conflictivo e inconforme por naturaleza, y solo vive para quejarse, o quién sabe, mamerto y nerd que es uno.

Comentarios

Anónimo dijo…
En serio ya quieres llegar a los 40? Bueno pues es la epoca en que el hombre se pone mas bello e interesante. Y digo interesante, porque se pone mas serio! Y bello, porque al hombre si le sientan MUY BIEN LOS CUARENTAS! Ay papis! Asi que a cumplir esos cuarenta, a ver corre, corre, para que me alcances, que yo ya llevo varios años estancada en los "40" y nunca nadie lo nota jejeje...
PS: Gracias por tu comentario en mi blog...eso de "patearle el cu....al mundo" estuvo muy original, me gusto mucho la expresion! Un besito mi Korsarito...

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