Perro !!!

Actualización (11-05-2008): debido a que mi madre casi me arranca las orejas por el encabezado, paso a retirarlo, y más que es su dia no?

Hace unos días iba rumbo a la panadería a comprar lo del desayuno, con el sueño encima, lagañoso y carilargo, cuando veo un cachorro de criollo en el andén contrario al que yo iba, feliz de la patota iba el animalito (suponía por su contonear de cola) cuando aparece de la nada "la propietaria" del animalejo en cuestión, inundando la avenida con sus berridos, tratando que el perrito (perrita para ser más exactos) no fuera a parar en la vía cosa que en efecto sucedió.

En este punto uno debe aplicar la teoría de la probabilidad máxima en que todo salga mal, es así que el único carro que en ese momento pasa por la avenida, provoca tal distorsión en el espacio-tiempo y en el campo gravitatorio del planeta, teniendo por resultado que la condenada perra salte hacia las llantas del vehículo y termine siendo arrollada; acá viene lo interesante del asunto.

Nunca había visto (aparte de actuaciones pésimas en la TV y en las películas) demostración de dolor semejante, la mujer cae de rodillas al suelo exhalando sonoro grito algo así como cuando en las películas le dan chicharrón al amigo/novia/esposa/perro del héroe; luego entre alaridos empieza la enfrentada al tráfico para que no le terminen de espichar al animalito (esta es la hora que no sé como rayos la mujer no tuvo la misma suerte que la chandosita), el caso es que como pudo hizo que varios vehículos se desviaran, y ella al lado de la mascotica sin levantarla, la madre que hay ciertas cosas que a uno le atraviesan la cabeza y simplemente lo dejan frío.

Acá fue cuando hice una remembranza de los chandosos que he conocido, algunos de los cuales no solo dejaron recuerdos felices sino miaos y mierda la azotea de la casa de mis papás.

Carussa (1980-1992) se la regalaron a mi hermana el día de su nacimiento, pequinés de color negro, fue la guardiana de la azotea por cerca de 5 años, no era una fiera pero como buen pequinés hacía una bulla la hijuemadre cuando olía un extraño por los tejados vecinos, murió en manos de mi papá una mañana de domingo: la estaba bañando y mientras lo hacía nos dijo "bien aseadita por si se muere se muera limpia" y como no que la demora fue esa y la perrita da el último estertor, creo que el baño con agua tibia es mortal para los perros viejos.

Boni I (1990 - 1993) hijo de Carussa, por las mismas causas que propiciaron la muerte de la cachorrita ese día (nomás fue el descuido, puerta abierta, perra afuera, montada fija), velador incansable de mi madre ( en ese tiempo ella hacía empanadas y este servidor las llevaba a la zona industrial de la 68 con 13 a dejar el encargo), una noche mientras mi madre alistaba lo de las empanadas del día siguiente el perrito se le acercó con ánimo de juego - craso error- (mi madre tiene el Haccp en su ADN), es así que le propina sonoro regaño al canchosito y este sube despavorido a la azotea; esa noche llueve. En la madrugada estamos levantados con mi madre haciendo las empanadas, me pide que alimente al perro, subo a la azotea y lo encuentro tirado en la mitad de la plancha, muerto: mi madre lo mató de un regaño.

Boni II (1993 - ?) alias el loco: Después de la muerte el I mi madre duró con cargo de conciencia por varios meses y nos prohibió que trajéramos mascota alguna a la casa 8excepto el canario cojo que yo había recogido), pero como al que no le gustan los perros estos le conquistan, pues como no que a mi padre le regalaron un chandoso igualito a Bony y pues mi madre encontró forma de como expiar su culpa, y como no que eres cuadrúpedo se las cobró, si el anterior era la nobleza peluda, este era un demonio enfelpado; no podía ver ropa tendida pues solo era coger impulso y tratar de colgarse de la ropa y sostenerse ahí hasta que se rompiera la cuerda o la prenda, así fue que me puse a la moda con las prendas rotas: jeans, camisetas, calzoncillos, y sábanas, que se encontraban en la dieta de este engendro. Cada uno o dos días había que recogerlo de la calle, pues el muy condenado andaba por el filo del muro de la azotea tratando de agarrar a los gatos y pues eso del equilibrio no creo que sea fuerte para un canino así que este personaje terminaba en la calle con sonoro totazo y la chismosa del frente timbrando en la casa "se les cayó otra vez el perro”. Cabe resaltar que la casa es de dos pisos y la azotea es decir una altura aproximada de 6 metros, ¿cómo rayos ese animal no se mató? ... ni idea, la chanda esa se perdió una vez que salimos de paseo, pilló una perra en celo y me dio flojera ir tras de él, igual mi madre lo agradecería mas adelante.

Silvia: (2000 - 2005) el amor de la familia; se la había encargado a mi mamá un tío que llevaban detenido por haber estado en una trifulca en el bus donde iba. Se suponía que se la devolvería apenas mi tío Pedro resolviera ese asunto, pero decidimos conservarla. Un veterinario practicante casi la mata al darle un desparasitante, fue tal la intoxicación que duró 2 días ciega, ya meses después fue reponiéndose y mostrándonos lo dedicado que un perro puede ser, ella no se iba a dormir si no estábamos todos en casa, es decir que si alguno se iba de parranda, ella lo esperaba, fue el único animal que se ganó un puesto en la mesa junto a la familia, al igual que en el carro. Tuvo una sola camada de perros de los cuales solo recuero a Zeus que fue el único que conservamos que fue la dedicación de mi hermana mas el animalito no duró mucho; aparte de eso fue casi la confidente de mi padre verlos era recordar cómo eran las cosas con mis hermanos cuando era pequeño, se podía decir que era la amiga que mi padre jamás pudo tener. El día que murió fue uno de los más tristes que pueda yo recordar, el ver como ella aguantó una noche de dolores solo para poder despedirse de mi padre apenas él se fuera a trabajar, era como si ella no quisiera que él la viera en ese estado, yo no pude hacer mucho, a las 5 de la mañana conseguir un veterinario era casi imposible aún así pues se consiguió, ya en camino al veterinario, la perrita murió.

Hay un conjunto de canchosos que merecen mención y son los de los vecinos y los que andaban de calle en calle cuidando a los vecinos cuando llegaban borrachos, ya que nos pillaban por ahí y empezaban a hacer alharaca, cosa que madres, esposas, y dueñas de casa se percataban de la llegada del beodo de turno sano y salvo.

Es bien interesante ver el afecto que uno puede profesar por un animalejo de estos y compararlo por el desprecio que puede cierta gente sentir por sus allegados o sus similares, un mecánico puede querer más a su perro de taller (a los cuales les tengo pavor) que a su propia esposa, incluso en con el caso de la chandosita arrollada, la dueña no hacía sino recriminarle a un niño casi al grado de agredirlo por permitir que el animalito hubiera salido a la calle.

Quizá por eso me mantengo alejado de las mascotas (pues por lo general estas son las que llegan no uno), eso de encariñarse con una talega de pelos, baba, y pulgas es peor que los malos amores de colegio, pues por lo menos uno termina olvidándose de las tonterías dignas de esculturas que uno comete en las aulas de clase por la del pupitre de al lado, pero es como verraco olvidarse de los chandositos que le devolvieron el afecto a uno que simplemente les dio menos que eso.

Comentarios

Ivan Andrade dijo…
Yo no tengo perro porque me da pereza cuidarlo y asco recogerle las cagadas.
Anónimo dijo…
Pero mal que bien acompañan, dan el afecto que los humanos no dan por orgullos o por descuido, y alegran la vida.
Anónimo dijo…
¡¡Que post tan chevere!!
Me trajiste recuerdos ala, de mi perrita y de la coneja... Dicen que los perros tienen la mirada triste por ver el mundo de los humanos...

Esta chevere tu blog, creo que vendre con frecuencia
Anónimo dijo…
yo tengo una perrita y me encantan los perros

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